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Los primitivos aborígenes americanos creían que las máquinas de fotografiar robaban el alma. Quizá no andaban tan equivocados, quizá se referían a la esencia, al momento, al espacio, o al tiempo. Yo llegué a la fotografía por algo así, como medio de comunicación visual, el más arcaico, pero el más puro, sin duda el más interactivo, el que me permite atrapar un tiempo, un lugar, un momento congelado y que cualquiera ponga los olores, las sensaciones, los sabores, los sonidos incluso... una máquina del tiempo diferente para cada uno de nosotros, un modo poético de atrapar la eternidad, un libro abierto en blanco, o una puerta espacio/temporal al momento que cada uno de vosotros me deje atrapar. Creo que eso fue lo que me trajo hasta aquí, creo que eso es lo que mantiene mis ojos abiertos, mi ilusión intacta. Escarlata Blanco Responsable del proyecto. |